Ubicado en una encantadora casa de campo de finales del siglo XIX, que ha pertenecido a la misma familia desde siempre, esta propiedad ha sido recientemente renovada con esmero, manteniendo el auténtico encanto de sus espacios. Las vigas de madera expuestas y las paredes de piedra narran una historia de tradición y hospitalidad.
Rodeada por la belleza de las colinas morenicas y los viñedos de Lugana, la casa de campo ofrece a los huéspedes una estancia enfocada en la relajación y la paz.
El amplio jardín con solárium es el lugar perfecto para disfrutar de momentos de tranquilidad y ocio, adaptándose a todas sus necesidades.
Podrán revivir la emoción de paseos a pie o en bicicleta inmersos en la naturaleza, y deleitarse con un abundante desayuno rodeados de la belleza de un jardín florecido.