En una ubicación muy céntrica, a unas docenas de metros de una de las plazas más hermosas e importantes de la ciudad, la Plaza del Popolo, y a 500 metros del Duomo, esta casa de huéspedes se encuentra en una posición privilegiada para estacionar su automóvil.
Es una de las pocas estructuras en el centro histórico que cuenta con estacionamiento privado dentro del jardín del palacio.
La casa de huéspedes Porta Vivaria en Orvieto ofrece habitaciones equipadas con todas las comodidades: Wi-Fi gratuito, TV LED, aire acondicionado y calefacción independientes, baño privado con secador de pelo, una sala de lectura con una hermosa terraza panorámica donde relajarse.
Porta Vivaria es una residencia turística ubicada en el ático de una preciosa villa de principios del siglo XX, una extensión de un edificio medieval que aún conserva sus huellas.
Ubicado en el centro histórico de Orvieto, tiene vistas al campo que rodea el acantilado y su terraza ajardinada da a un parque privado con árboles centenarios.
Debajo de sus ventanas se extiende un largo paseo peatonal arbolado, más allá de los parques infantiles, el templo etrusco del Belvedere, hasta la Piazza Cahen, el pozo de San Patrizio y la fortaleza de Albornoz.
A cien metros del Bed & Breakfast se encuentra el recorrido arqueológico y ambiental, bellamente iluminado por la noche.
A través de la antigua Porta Vivaria (que antes formaba parte de la propiedad de la villa expropiada en los años 80 para ser incluida en el recorrido, que todavía se recuerda en el logotipo de la estructura), se puede recorrer una escalinata fácil y amplia a lo largo del acantilado, hasta la necrópolis etrusca del Crocifisso del Tufo. Es un pintoresco sendero peatonal que serpentea a lo largo de la roca de toba de Urbs Vetus (Velzna) y ofrece vistas de la Orvieto subterránea, revelando una historia milenaria de vida cotidiana entre canteras de puzolana, molinos de aceite, pozos y cisternas.
A lo largo del camino, uno se sumerge en el barrio medieval, con sus encantadoras iglesias, como San Giovenale (1000 d.C., la primera catedral de Orvieto) y Sant'Agostino (ahora sede de exposiciones de esculturas antiguas y modernas de gran valor, como la Anunciación de Mochi).